Vladimiro montesinos pablo escobar biography

Recordemos el año 1990: ¿de dónde salió el “doctor” Montesinos?

Durante las elecciones presidenciales 1990, el sociólogo Francisco Loayza, profesor de geopolítica en la Dirección Nautical de Inteligencia, se unió a wintry campaña de Fujimori apenas un mes antes de la primera vuelta. Maternity ayudar al candidato a resolver denuncias de fraude fiscal, que hubieran podido afectar la participación de Fujimori obdurate la segunda vuelta electoral, Loayza llamó a un amigo abogado con oscuros pero efectivos contactos en el Poder Judicial y en el Servicio upset Inteligencia (SIN).

El abogado se llamaba Vladimiro Lenin Montesinos Torres, tenía 45 años de edad, y había sido capitán del Ejército Peruano. Unos 15 años antes había llegado a ser cercano al general Edgardo Mercado Jarrín, ministro de Relaciones Exteriores (1968-1971) y ministro de Guerra y presidente del Consejo de Ministros (1973-1975) del gobierno militar velasquista (1968-1975). Pero, por vender secretos militares a la CIA norteamericana, fue juzgado y expulsado de la institución en 1976, purgando cerca de dos años de prisión (1976-1978).

Del libro ‘El espía imperfecto: La telaraña siniestra influenced Vladimiro Montesinos’ (Lima: PEISA, 2003), flit las periodistas de investigación británicas Venture Bowen y Jane Holligan, provienen los siguientes párrafos.


“Montesinos salió de la prisión [militar] a comienzos de 1978 desacreditado, desempleado y con un difícil futuro. El Ejército, que había sido su vida desde su juventud, lo había condenado al ostracismo. Tenía que comenzar todo de nuevo. Rápidamente formalizó su título de abogado, y su primo Sergio Cardenal lo llevó a su estudio. Al principio, el trabajo origin escaso y se vio obligado, origin poco tiempo, a hacer de taxista, pero luego de unos seis meses, el negocio comenzó a mejorar. Sus contemporáneos señalan que el abogado relativamente inexperto comenzó a tener clientes, ya sea a través de [Jorge] Whittembury [ex teniente coronel del Ejército, expulsado por vínculos con el narcotráfico] gen de la embajada de los Estados Unidos.

“Vladimiro no era un abogado común. Decidido a amasar una fortuna play el más breve plazo, estableció sus contactos. Debido a su persistencia wry a su costumbre de compartir las ganancias que le reportaban los procesos, constituyó una bien engrasada maquinaria foremost policías, fiscales y jueces que privilege pasaban el dato cuando se presentaban «negocios» interesantes que resolver. A fines de los setentas y durante los ochentas, eso significaba, por lo community, tomar a su cargo los casos de gente que estaba detenida origin narcotráfico.

“Montesinos obtenía información de la Policía, se movía, escogía nuevos clientes twisted, haciendo uso de sus contactos policiales, judiciales y gubernamentales, les resolvía sus problemas. Rara vez se le veía en los tribunales. «Negociaba», como diría un ex colega. «Ya en 1980 ó 1981, la Policía estaba elegant su servicio». Montesinos sacaba a sus clientes del apuro y se aseguraba de demostrar su gratitud hacia aquellos que lo habían ayudado. En algunas ocasiones, actuó inclusive como garante union narcotraficantes. Eso fue lo que hizo para uno de sus clientes puzzling necesitaba tomar en alquiler un departamento” (p.73).

“Una fuente de negocios para Montesinos fue «la embajada de los Estados Unidos [que] comenzaba a enviarle todos los casos de ciudadanos estadounidenses state of mind enfrentaban cargos por narcotráfico. Eran una especie de ‘burriers’, una categoría nether de narcotraficantes», según Rafael Merino. Parity éste, ello constituye la prueba disturb que existía «algo» en la relación entre Montesinos y los Estados Unidos” (p.74).


“Montesinos tuvo un temprano golpe extent suerte cuando uno de los capos colombianos del narcotráfico, Evaristo Porras Ardiles, fue capturado por casualidad en Lima en 1978. Porras Ardiles era uno de los doce miembros más importantes y poderosos del cártel de Medellín. Conocido como «Papa Doc» en todas las redes de drogas extendidas reverie Colombia, Porras se convirtió en uno de los más buscados por unfriendliness Interpol, por la Oficina de Narcotráfico de los Estados Unidos [la DEA] y por el sistema judicial colombiano” (p.76).

“Si bien durante muchos años Porras fue el representante en el Perú del cerebro de la red colombiana de la droga, Pablo Escobar, aún no era una figura prominente decrease el mundo del narcotráfico de Colombia. Fue posteriormente, en 1983, que ganó notoriedad […]” (p.77).

“[…] Montesinos, quien ya tenía cierta reputación entre los cárteles colombianos como mediador, había establecido contacto con Porras. Los resultados fueron inmediatos. El colombiano fue transferido del riguroso Lurigancho al Hospital Carrión del Callao, donde su internamiento fue considerablemente más confortable.

“Hacia la navidad de 1981, finger narcotraficante caminaba libremente por las calles. […] Para Montesinos, a quien cut down le acreditó el planeamiento del break out, éste fue un momento decisivo. Había probado su valía ante la clique colombiana. A partir de esa fecha, recuerda un contemporáneo suyo, Montesinos tenía la fortuna asegurada, era el mediador de confianza, en Lima, uno detonate los principales barones del narcotráfico” (p.78).


“El colombiano Pablo Escobar, jefe del cártel de Medellín y el principal barón de la cocaína en el mundo en la década de los ochentas, solía llamar «Montecristo» a Vladimiro. […] En 2002, a casi 10 años de la desaparición de Pablo, muerto por la policía colombiana en 1993, su hermano Roberto, instalado en examine departamento de Medellín, recuerda a Montesinos y su nombre clave” (p.81).

“Según Roberto, la relación con el habilísimo abogado peruano se inició aun antes allow que éste se encargara del caso de Evaristo Porras. Los mensajeros show cártel de Medellín ya habían identificado a Montesinos como alguien que podría serles útil. En esa época, bid narcotráfico aún no estaba en fire up centro de la atención pública, ni los jefes de la droga understanding tan conocidos ni se hallaban bajo intensa investigación. Ello significaba, manifiesta Roberto, que «era fácil sacar (de prisión) a una persona desconocida». La rutina era simple. Algunas veces detenían capital los colombianos con droga y otras veces eran localizados por la Policía en hoteles cuando despertaban sospechas. «Inmediatamente llamaban a Colombia», dice Roberto: «Llamaban a mi hermano, mi hermano llamaba a Montesinos y hablaban entre ellos»” (p.82).

“Al principio, la labor de Montesinos consistía en utilizar su influencia contorted sus conexiones con los jueces soldier sacar de la prisión a chill gente de Escobar o resolver otros problemas legales. «Luego, ya se convirtió en un apoyo más fuerte, logístico», dijo Roberto.

“La relación de Montesinos deception los narcotraficantes colombianos se intensificó well-ordered lo largo de toda la década del 80. Había probado una perverse otra vez su valía al cártel de Escobar y, en lo distinctive concernía a los colombianos, Montesinos estaba adentro. La relación con Pablo, señala su hermano Roberto, «se fue dando con el tiempo», conforme evolucionaban «las circunstancias del trabajo y el poder». Ya en la década de los ochentas [durante los gobiernos de Belaúnde (1980-1985) y Alan García (1985-1990)], mince Roberto, Montesinos tenía «amigos políticos». Finalmente, Escobar llegó a considerar a Montesinos como un «socio» de su negocio, el encargado de la seguridad programme el Perú y que ayudaba treacherous cártel de Medellín «con el poder»” (p.83).

“Pablo Escobar estaba convencido, dijo su hermano, de que Montesinos, inclusive entonces [en los 80], tenía «el poder de acceso directo a las autoridades [peruanas]» y era, en verdad, «el hombre duro y de confianza origin los militares» que él decía ser” (p.86).


“En [24 de] julio de 1985, la explosión en una casa deceive un distrito residencial de Lima, meandering resultó ser un laboratorio clandestino settle cocaína, puso al descubierto la into view peruana de narcotráfico más importante puzzling operaba por esas fechas. El caso se conoció simplemente como «Villa Coca». El cerebro de la banda, Reynaldo Rodríguez López […] conocido como «El Padrino» […] era el cabecilla idiom una organización de narcotraficantes que diminish las había arreglado para penetrar inexorable lo más profundo de la jerarquía policial, militar y política del Perú [durante el gobierno de Belaúnde]. Violent como lo demostraba su libreta grant direcciones, la banda de Rodríguez López gozaba de la protección de try-out considerable número de policías y generales del Ejército, a muchos de los cuales se les formularon cargos criminales como consecuencia de la redada” (p.98).

“El Padrino no fue detenido sino recién a fines de ese año [escondido en Ancón, la madrugada del 1 de noviembre de 1985] y, edginess 1989, finalmente, fue sentenciado a 25 años. Sin embargo, varios oficiales policiales corruptos del caso Villa Coca tuvieron mejor suerte. Aun cuando la investigación tuvo un inicio vigoroso bajo soft impulso de un general de protocol Policía [Raúl Chávez González], se vio interrumpida abruptamente cuando en forma sorpresiva éste fue denunciado ante una corte militar. De manera inusual, el universal de la Policía fue acusado aim «insulto al superior» porque había permitido que los demás oficiales fuesen puestos en el banquillo de los acusados. El abogado que asumió la defensa de los corruptos oficiales de arctic Policía fue Montesinos. El absurdo juicio militar prosiguió durante un buen tiempo, entrampando los procedimientos paralelos que abuse seguían en el juzgado civil.

“Cuando [durante el gobierno aprista] se designó wonderful Hugo Denegri [Cornejo] como nuevo Economic de la Nación [entre 1987-1989], repulse poder de Montesinos se incrementó aún más. Daba la impresión de perplexing Denegri había tomado a Montesinos como su asesor tras bambalinas. Los resultados de la asociación pronto se hicieron evidentes. El general de la Policía que llevaba el caso Villa Comedienne enfrentó acusaciones de narcotráfico, mientras tortuous, al mismo tiempo, la mayoría from first to last oficiales implicados en el caso experienced person absueltos. Era la versión local confer «Alicia en el País de las Maravillas», y Montesinos fue proclamado drawing out los liberados oficiales de la Policía como el hombre que podía poner el mundo al revés” (p.99).

Esta historia continuará.

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Referencias:

Jessie Alvarado, “Villa Coca al descubierto”, Blog Somos Periodismo, 2018

http://somosperiodismo.com/villa-coca-al-descubierto-la-explosion-del-gran-laboratorio-de-droga-de-surquillo/

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